Alimentación y hábitos saludables
En esta entrada comentaré la importancia de unos buenos hábitos saludables haciendo especial atención a la alimentación.
En mi aula de referencia, en la hora del recreo, mediante la observación directa al alumnado, he podido comprobar que muy pocos niños tienen un hábito correcto de traer bocadillos o fruta. Lo que más se suele ver son galletas, bollería, chucherías, gusanitos, patatillas,... Los que traen bocadillo o fruta/batido suelen ser la minoría y no debería ser así, ya que en la clase hay colgados varios carteles con la pirámide de los alimentos confeccionados por el propio alumnado y en teoría están concienciados, tanto ellos como sus familias.
De la teoría a la practica va un mundo. Es cierto que los niños y niñas saben lo que es mejor comer y lo que es peor, o al menos eso reflejan los murales de la clase pero, otro factor diferencial es en el ámbito familiar. Muchas de la familias de los niños de mi clase de referencia son desectructuradas, es decir, están los padres separados, muchos de ellos tienen mala relación entre sí,... esto finalmente se refleja en los actos del niño y de la niña. Si un padre o una madre no le echa un bocadillo o no le prepara una pieza de fruta para el recreo, el niño por voluntad propia querrá un bollicao, unas patatillas para conseguir estampas,... es ahí donde entra el papel fundamental de las familias.
Desde la escuela se promueven charlas informativas sobre alimentación, se trabaja este tema desde la asignatura de Ciencias Naturales, como tema trasversal y el profesorado trata de dar ejemplo en las meriendas en el recreo, es así que la colaboración entre familia y escuela debe ser coordinada y efectiva para lograr así un correcto desarrollo integral del niño.
Por otra parte, centrándonos en otros aspectos saludables que debe cumplir el alumnado es la vestimenta, el higiene, el descanso y la actividad física.
En el caso de la vestimenta, es simple, al ser un centro concertado los niños y niñas llevan uniforme con su respectivo chándal serigrafiado con las señas de identidad del colegio. Por otro lado, el calzado debe ser adecuado y ahí no se mete el colegio. Cuando el alumnado lleva chándal irá con el correspondiente zapato deportivo y cuando no, zapato más formal. En este caso, serán las familias quienes cuiden de la imagen del calzado de su hijo.
El tema de la higiene y el descanso es más delicado. El alumnado debe venir correctamente aseado al colegio y habiendo dormido las horas que les pertenecen a cada edad. A simple vista se nota el niño que se ha levantado 10 minutos antes de la cama, que viene sin peinar y medio dormido, es ahí donde los padres (volviendo a lo mismo), deben preocuparse de que su hijo cumpla con estos requisitos para que el rendimiento académico de su hijo no se vea perjudicado.
Por último, desde la asignatura de Educación Física, se promueve la importancia de controlar una serie de destrezas corporales, llevar una buena alimentación, conocer diferentes juegos y deportes; por otro lado, desde el centro, se ofrecen multitud de actividades extraescolares y entre ellas se encuentran una amplia gama de deportes que son atractivos para el alumnado.
Destacar la importancia de practicar algún deporte a edades tempranas, tanto deportes individuales como colectivos, ya que esto fomenta una serie de valores que ayudan al niño a su desarrollo integral y es beneficioso para su salud. Mens sana in corpore sano
En resumen, desde la escuela se le inculcan al niño una serie de hábitos saludables que deben ser reforzados en casa y viceversa.
En mi aula de referencia, en la hora del recreo, mediante la observación directa al alumnado, he podido comprobar que muy pocos niños tienen un hábito correcto de traer bocadillos o fruta. Lo que más se suele ver son galletas, bollería, chucherías, gusanitos, patatillas,... Los que traen bocadillo o fruta/batido suelen ser la minoría y no debería ser así, ya que en la clase hay colgados varios carteles con la pirámide de los alimentos confeccionados por el propio alumnado y en teoría están concienciados, tanto ellos como sus familias.
De la teoría a la practica va un mundo. Es cierto que los niños y niñas saben lo que es mejor comer y lo que es peor, o al menos eso reflejan los murales de la clase pero, otro factor diferencial es en el ámbito familiar. Muchas de la familias de los niños de mi clase de referencia son desectructuradas, es decir, están los padres separados, muchos de ellos tienen mala relación entre sí,... esto finalmente se refleja en los actos del niño y de la niña. Si un padre o una madre no le echa un bocadillo o no le prepara una pieza de fruta para el recreo, el niño por voluntad propia querrá un bollicao, unas patatillas para conseguir estampas,... es ahí donde entra el papel fundamental de las familias.
Desde la escuela se promueven charlas informativas sobre alimentación, se trabaja este tema desde la asignatura de Ciencias Naturales, como tema trasversal y el profesorado trata de dar ejemplo en las meriendas en el recreo, es así que la colaboración entre familia y escuela debe ser coordinada y efectiva para lograr así un correcto desarrollo integral del niño.
Por otra parte, centrándonos en otros aspectos saludables que debe cumplir el alumnado es la vestimenta, el higiene, el descanso y la actividad física.
En el caso de la vestimenta, es simple, al ser un centro concertado los niños y niñas llevan uniforme con su respectivo chándal serigrafiado con las señas de identidad del colegio. Por otro lado, el calzado debe ser adecuado y ahí no se mete el colegio. Cuando el alumnado lleva chándal irá con el correspondiente zapato deportivo y cuando no, zapato más formal. En este caso, serán las familias quienes cuiden de la imagen del calzado de su hijo.
El tema de la higiene y el descanso es más delicado. El alumnado debe venir correctamente aseado al colegio y habiendo dormido las horas que les pertenecen a cada edad. A simple vista se nota el niño que se ha levantado 10 minutos antes de la cama, que viene sin peinar y medio dormido, es ahí donde los padres (volviendo a lo mismo), deben preocuparse de que su hijo cumpla con estos requisitos para que el rendimiento académico de su hijo no se vea perjudicado.
Por último, desde la asignatura de Educación Física, se promueve la importancia de controlar una serie de destrezas corporales, llevar una buena alimentación, conocer diferentes juegos y deportes; por otro lado, desde el centro, se ofrecen multitud de actividades extraescolares y entre ellas se encuentran una amplia gama de deportes que son atractivos para el alumnado.
Destacar la importancia de practicar algún deporte a edades tempranas, tanto deportes individuales como colectivos, ya que esto fomenta una serie de valores que ayudan al niño a su desarrollo integral y es beneficioso para su salud. Mens sana in corpore sano
En resumen, desde la escuela se le inculcan al niño una serie de hábitos saludables que deben ser reforzados en casa y viceversa.
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